6 de mayo de 2018

A la conquista de Miranda do Douro

"La Mirandesa" es un clásico entre los que practicamos la MTB en Zamora y, en nuestro caso, raro es el año que no la hacemos. La época ideal para llevarla a cabo es la primavera.

El último día que hicimos una ruta alguien dijo: ¿Y si el Domingo hacemos la Mirandesa? Y como era primavera, y había deseo de hacerla, hubo aprobación general y hoy conquistamos Miranda.

Salimos temprano, a las 8,45 h., siete bíkers, cinco que íbamos hasta la localidad portuguesa y otros dos que no podían quedarse a comer allí y que nos acompañaron muchos kilómetros (tantos que entre ida y vuelta hicieron más que nosotros). Abandonamos Zamora, por el GR-14 y poco después del cruce con la carretera de Los Llanos se unió el sexto bíker (octavo, si contamos a los acompañantes).


El ritmo fue muy vivo desde el principio, así que en las cuestas el grupo se estiraba dependiendo del ritmo de cada uno, pero, como siempre, al llegar arriba se espera al resto.

Llegamos a Tardobispo sin novedad y continuamos, desviándonos a la izquierda levemente a la salida de esta localidad y tomando una pequeña variante al GR-14 bastante más bonita.


Tras volver al GR-14 pasamos junto a la Pueblica de Campeán por el puente de Campeán, primero de los puentes de origen romano que atravesamos hoy.


Poco después del puente giramos a la derecha e iniciamos una serie de sube y bajas que terminaron por llevarnos a la entrada de Pereruela. Ni que decir tiene que, aparte de la bici, íbamos disfrutando del campo, porque está espléndido después del lluvioso invierno.



Atravesamos Pereruela y tras una cuesta inicial comenzamos el descenso hacia el puente de Las Urrietas, el segundo de época romana de nuestro camino. Algo lógico ya que esta ruta discurre en gran medida por el trazado de la antigua Calzada Mirandesa.




A partir de este puente el paisaje cambia y empieza a haber más encinas y más vegetación, y también el trazado empieza a ser camino-camino, y no caminos de concentración, como muchos de los pisados hasta ese momento.

Entre el puente y Arcillo está una de las partes más técnicas del trazado. Sobre todo una zona con muchas rocas en el propio camino, ascendente, que dificulta la subida. Poco después de coronar esa parte comienza un descenso en el que hay que tomar precauciones por las torrenteras hechas por las lluvias.

Tras subir la cuesta que hay a un lado de Arcillo hicimos una pequeña parada para comer algo y empezarnos a despojar de ropa. A pocos metros de nosotros surgió un nutrido grupo de vacas en busca de pasto.



Reanudamos la marcha en cuanto pasaron las últimas vacas y continuamos rodando.


Poco después comenzó el descenso hasta el tercer puente, el de La Albañeza.




Hicimos una pequeña parada, para inmortalizar el momento e incluso para hacer algún que otro selfie.


Enseguida volvimos a nuestras bicis y comenzamos un largo y tendido ascenso que culmina a la entrada de Abelón. Pero entre medias están los kilómetros más bonitos de toda la ruta con praderas, charcas, el camino entre paredes de piedra,...



Y también algo más de agua de la prevista, lo que hizo que algunos se desviaran ligeramente para evitar estos grandes charcos, pero no todos, como podemos ver en la foto.


Poco antes de entrar en Abelón nos abandonaron los dos bíkers que quisieron acompañarnos esta mañana. Tras cruzar y salir de de esa localidad nos dirigimos a Moral de Sayago, recorriendo también un tramo muy bonito de la Mirandesa.




Dejamos atrás Moral y continuamos, al principio por buenos caminos, pero enseguida empezamos a encontrar algunas praderas que aún conservan gran cantidad de agua y en las que costaba mover las ruedas.


Entre Moral y Torregamones se sucedieron muchas de esas praderas, pero finalmente pudimos salir airosos de todas ellas, pero eso sí, con bastante barro en nuestras bicis y piernas.



Poco antes de de llegar a Torregamones hicimos otra pequeña parada, para quitar la ropa de abrigo que nos quedaba aún y volver a comer algo, de cara a estar en buenas condiciones para afrontar el tramo final.



Unos minutos después comenzamos la marcha de nuevo recorriendo el pequeño tramo que nos separaba de Torregamones. 



Llegar a Torregamones es sinónimo de tener ya casi hecha la Mirandesa porque tras un pequeño ascenso suave al salir del mismo, comienza un descenso, también suave, sobre un suelo de muy buen firme que es una delicia.


Tras abandonar ese camino girando a la izquierda continuamos rodando por uno más estrecho que también abandonamos poco después, girando a la derecha. Poco después comienza el descenso hacia la presa. Al comienzo del mismo, a la salida de una curva, nos encontramos con esta vista de Miranda.


A partir de ahí el descenso tiene tramos bastante técnicos y con alguna zona no exenta de peligro.


De hecho el terreno logró hacer una de las suyas, y tirar a uno de los nuestros a la cuneta.


Llegamos a la carretera, a la antigua aduana, y faltaban tres bíkers. ¿Dónde estaban? Despistados. No se dieron cuenta de un cambio de dirección y subieron al Fuerte.

Ya todos juntos comenzamos el ascenso de los tres kilómetros que nos separaban de Miranda. Cada uno a su ritmo, poco a poco, logramos llegar todos arriba y así fue como logramos tomar Miranda.

Tras reunirnos todos, tomamos una cerveza, llegaron las Galanas con la logística, nos lavamos, nos cambiamos, cargamos las bicis en los coches y comimos. Tras la comida, una copa en la terraza de la Pousada, con sus increíbles vistas, fue el mejor colofón posible a esta bonita ruta que hoy hemos disfrutado tanto.


Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc


Powered by Wikiloc



Relive 'Morning May 6th'

No hay comentarios:

Publicar un comentario