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28 de abril de 2019

El río Aliste, de cabo a rabo

A finales de agosto de 2015 se inaguraron los Espacios BTT Aliste Sanabria, una serie de rutas para bicicletas de montaña por la provincia de Zamora, homologadas por IMBA. Una de estas es la denominada "Río Aliste" y teníamos muchas ganas de hacerla, pero como no es circular necesitábamos cierta infraestructura para poderla hacer, es decir, un vehículo que nos llevara a todos a San Pedro de las Herrerías, donde se inicia, y nos fuera a buscar a Carbajales de Alba, donde termina.

Hoy pudimos contar con esa furgoneta y un amigo encantador que se encargó de llevarnos y de irnos a buscar, incluso hizo de coche de apoyo cuando hizo falta, como ya relataremos más adelante.

Salimos de Zamora a las 9,30 de la mañana. Tras una breve parada en Carbajales seguimos hacia San Pedro de las Herrerías. Tras bajar las bicis, colocar ruedas, y preparar todo conseguimos salir de allí a eso de las 11,00 h. Hoy era un día grande para nosotros porque conseguimos estar todos. Y ese hecho no se producía desde hace por lo menos un año.


Los primeros kilómetros se recorren por estribaciones de la Sierra de la Culebra y eso se nota en el paisaje. Buenos caminos, muchos pinos y brezo ya florecido. Y desde esos primeros kilómetros fuimos muy cerca del río Aliste, que nace allí mismo, en San Pedro de las Herrerías, en plena Sierra de la Culebra y a una altitud de 1.110 metros. En los comienzos de su recorrido es poco más que un arroyuelo, pero va ganando presencia a medida que va discurriendo su curso.




Rodábamos a buen ritmo porque el perfil tendía a descendente y sólo de vez en cuando aparecían pequeñas subiditas sin demasiada importancia. 

No tardamos mucho en llegar a Mahíde. Cruzamos varias de sus calles y continuamos nuestra ruta. Llevábamos track pero está perfectamente señalizada. Sólo encontramos en todo el camino un poste caído (precisamente cerca de Mahíde).

Pasamos al otro lado del río por encima de un puente, seguimos por la ribera y no mucho después tuvimos que volver a cruzar el río, pero esta vez el puente como tal no existía, en su lugar había unos bloques de hormigón sobre los que pasamos sin dificultad.



Continuamos rodando muy a gusto por la otra orilla del río. El terreno acompañaba porque seguíamos sin encontrar grandes cuestas y el paisaje seguía siendo muy bonito. En pocos minutos estábamos entrando en la siguiente localidad que atraviesa esta ruta: Pobladura de Aliste.




A la salida del pueblo otro puente  nos volvió a llevar a la otra orilla, así que de nuevo rodamos por la margen izquierda del Aliste. Todo el recorrido del río es bonito, pero estos primeros kilómetros lo
son más aún porque todo es más verde y hay más frondosidad.

Seguíamos sin encontrar dificultad para avanzar a buen ritmo así que cuando nos quisimos dar cuenta estábamos entrando en otro pueblo, en concreto en Las Torres de Aliste.



En esta localidad encontramos otro puente que nos devolvío a la margen derecha, por la que ya continuamos hasta llegar a Palazuelo de las Cuevas.


Entre ambos pueblos nos encontramos con la primera dificultad seria de esta ruta, una ascensión muy pronunciada que nos hizo subir de pulsaciones en pocos metros. Aparte de la inclinación, el terreno estaba húmedo y teníamos miedo a perder tracción. La parte más dura es de algo menos de un kilómetro y después se sigue ascendiendo pero con menos inclinación. El camino, ya casi arriba, está rodeado de escobas que lo invadían en parte, pero pudimos pasar. Tras culminar la ascensión hay un pequeño tramo que no hay vez que pasemos por allí que no nos confundamos y esta vez no iba a ser menos...

Ese error hizo que descendiéramos una ladera y que después tuviéramos que ascender la opuesta. Y esa ascensión era imposible hacerla sobre la bici, así que no quedó otra que tirar de ella. Eso sí, las vistas merecían la pena.


Una vez retomado el track tocaba hacer la parte más divertida de la subida, la bajada. Y así lo hicimos, descendimos por una zona sin camino marcado, bordeamos unos cercados y terminamos en un camino que en unos cientos de metros nos llevó hasta la entrada de Palazuelo de las Cuevas.



Recorrimos varias calles y, como empezaba a ser ya habitual, en este pueblo también un puente nos llevó hasta la otra orilla del río.


En esta zona el camino apenas estaba marcado pero la señalización existente cada vez que había que cambiar de dirección, seguía haciendo sencillo seguir esta ruta.


No mucho después otro puente nos llevó de nuevo a la otra orilla. En esta zona nos volvió a sorprender el precioso entorno que estábamos atravesando.



Tampoco en este tramo encontramos dificultades para rodar así que, al estar las localidades tan próximas, enseguida nos encontramos entrando en San Vicente de la Cabeza. También este pueblo tiene puente sobre el Aliste, pero en esta ocasión no hizo falta atravesarlo, por lo que salimos del pueblo siguiendo por la misma margen del río, es decir, por la derecha.


Poco después de salir de San Vicente tuvimos una ascensión no muy larga por una zona boscosa. En este punto el grupo estaba bastante estirado. Tras la ascensión había un pequeño descenso y en este, no sabemos muy bien cómo, uno de los bíkers que iba en cabeza sufrió una caída seria. Cuando llegamos el resto nos lo encontramos tirado en el suelo, muy dolorido e intentando sosegarse y recuperar la respiración. No estuvo menos de diez minutos allí, sin dejarnos que lo incorporáramos porque no se sentía nada bien. Tras este tiempo logramos levantarlo. Tenía golpes en el muslo, en la rodilla, en varios dedos y lo que más nos preocupaba, dolor abdominal, en las costillas. 

Tras dejarle otro tiempo largo de recuperación, logró con esfuerzo subirse de nuevo a la bici y recorrer poco a poco los dos o tres kilómetros que nos separaban de Bercianos de Aliste. Desde allí llamamos a la furgoneta para que viniera a buscarle. Como esta se encontraba lejos se quedaron dos bikers allí con él y el resto continuamos adelante. 

Lógicamente este hecho condicionó ya el resto de la ruta, porque estábamos preocupados por el alcance de las lesiones y porque había que reorganizar la logística.

Avanzamos, aún atontados y con la cabeza en el accidente, hacia la siguiente localidad. Poco después de salir de Bercianos seguimos atravesando zonas preciosas y, una vez más, cruzamos a la otra ribera.


Unos cinco kilómetros después de dejar Bercianos nos encontramos con el único "pero" de este recorrido, y es que llegamos a un punto en el que la señalización indicaba que había cruzar un riachuelo, el Cebal, que desemboca en el Aliste, y que, probablemente se seque al final de la primavera, pero en este momento llevaba bastante agua. Allí no había ningún puente ni nada que permitiera pasarlo. Buscamos un poco más arriba o un poco más abajo y tampoco vimos nada, así que no nos quedó otra que descalzarnos y cruzarlo a pie.



Después de "recomponernos" volvimos a nuestras bicis y continuamos avanzando. Poco más de un kilómetro después entramos en otra localidad: Flores.

Tras atravesarla y agruparnos, salimos del pueblo por una carretera que abandonamos poco después para volver a un camino.



Cerca ya de Gallegos del Río bien pensamos que teníamos que descalzarnos de nuevo, al ver frente a nosotros un río que había que atravesar. En este caso no era el Aliste, sino el Mena. Menos mal que mirando hacia la derecha encontramos un puente de vigas y hormigón que permitía el paso. Poco después atravesamos la carretera y bordeamos esa localidad sin llegar a entrar por sus calles.

Por el mismo camino que llevábamos habíamos rodado no hacía mucho, aunque en sentido contrario, así que la zona nos resultaba conocida.


Cruzamos una vez más a la otra margen por un puente y recorrimos un meandro bastante pronunciado que hace el Aliste en este tramo.  Un nuevo puente nos llevó de nuevo a la otra ribera y así, no mucho después, llegamos a Domez de Alba.


Identificamos la localidad al ver los restos de un antiguo puente, pero no llegamos a entrar en ella, la dejamos a nuestra derecha. Cruzamos la carretera justo donde empieza el puente que hay a la entrada del pueblo. Justo allí nos encontramos con los dos bíkers que se habían quedado con el herido y que habían retomado la ruta, por carretera, una vez que llegó la furgoneta a Bercianos. Ya los ocho juntos  proseguimos por la margen izquierda del río. El tramo que íbamos a recorrer ya es bastante 
conocido para nosotros porque lo hemos realizado varias veces en la prueba "Arroz a la zamorana", cuando se salía de Carbajales, alguna vez lo hemos hecho en uno u otro sentido por nuestra cuenta e incluso también lo hemos caminado hace unos meses.

Es uno de los tramos más bonitos. El camino va pegado al curso del río y hay mucha vegetación.





En un momento dado, ya cerca de Vegalatrave, hay que realizar una ascensión corta e intensa, pero tiene el premio de las vistas que hay una vez que se corona.



Tras la subida comenzamos a descender y enseguida vimos las primeras casas del pueblo. Teníamos ya ganas de llegar porque allí habíamos contratado, en el Bar BAL-P, algo para picar antes de proseguir hacia Carbajales. Teníamos pensado llegar sobre las 14,00, y finalmente llegamos a algo más de las 15,00. Allí estaban la furgoneta y el herido, seguía dolorido, pero había preferido esperarnos y picar algo, antes de ir a urgencias.

El bar es muy agradable y nos trataron de maravilla, pero el  "pica pica" fue bastante más generoso de lo esperado y finalmente comimos más de lo que debíamos, teniendo en cuenta que nos quedaban unos 20 km, que además eran los peores de todo el recorrido.

Con los estómagos llenos no decidieron subirse de nuevo a la bici, aparte del herido, tres bikers más, que fueron en la furgoneta directamente a Carbajales. De este modo tres se podían ir a Zamora en el coche que teníamos en Carbajales y entrar en urgencias para saber el alcance de las lesiones.

El resto, con algo de pereza, comenzamos a rodar. Nada más salir del pueblo no tuvimos otra que ascender por la carretera para abandonarla al llegar arriba y descender de nuevo hacia el río.


A partir de aquí el Aliste empieza a ganar anchura como consecuencia de aproximarnos al embalse del río Esla donde desemboca, el de Ricobayo.

Continuamos por la margen izquierda los cinco que habíamos quedado rodando a buen ritmo porque el terreno acompañaba. 


Como en este momento el embalse estaba bajo el río apenas sufre los efectos del embalse y así pudimos observar los restos de las paredes que limitaban las fincas antes de construirse dicho embalse. 

Poco después nos encontramos con un puente. Al otro lado del mismo, a la derecha, vimos Vide de Alba, pero no llegamos a entrar porque al salir del puente, tras sobrepasar la ermita de Nta. Sra. de la Encina, giramos a la izquierda. 


Unos cientos de metros después iniciamos una subida que nos costó superarla porque se juntó la pesadez de estómago por lo comido, el calor y el fuerte desnivel. Tras sufrir el kilómetro del ascenso comenzamos un pequeño descenso y tras este se encadenaron varios sube y bajas, también llamados "rompepiernas". Finalmente una bajada nos metió de lleno en una zona muy frondosa tras la que comenzaba un ascenso que nos puso delante de nuestras narices las ruinas del Castillo de Alba. Como la imagen lo merecía hicimos una pequeña parada para hacer unas fotos.



Enseguida proseguimos ascendiendo hasta las primeras casas del pueblo, pero no entramos en él, sino que nos desviamos a la derecha siguiendo las ascensión hasta unos metros más adelante, donde volvimos a la izquierda para tomar el camino asfaltado que lleva a Muga de Alba. Continuamos ascendiendo hasta que algo más adelante comenzamos a descender hacia el puente que cruza el río, que en este tramo, ya es mucho más que un río.



Tras cruzar el puente el perfil vuelve a ser ascendente. Tras unos dos kilómetros de subida llegamos a la localidad de Muga de Alba. Pasamos por ella atravesando alguna de sus calles, pero antes de llegar a la carretera giramos a la derecha para empezar a rodar por un excelente camino de concentración. 

Aunque podíamos haber acortado decidimos ser fieles al track y a las indicaciones e hicimos varios cambios de dirección que no eran necesarios para llegar a Carbajales. Siguieron los sube y bajas. Eso sí, pudimos comprobar que el paisaje había cambiado completamente, encontrándonos ahora campos de cereales extensos que no habíamos contemplado en todo el recorrido. En este tramo es en el que más alejado se va del Aliste, pero de vez en cuando lo seguíamos viendo.

Conseguimos llegar a Carbajales y, por tanto, al final de esta ruta. Como teníamos sed paramos en el Bar La Rueda, donde bebimos unos refrescos y poco después comenzamos a cargar las bicis en la furgoneta y en el portabicis e iniciamos el regreso a Zamora.

Al entrar en la ciudad paramos en Urgencias. Aún no habían atendido a nuestro bíker, que estaba allí acompañado por uno de los que habían regresado con él a Zamora. Más tarde sabríamos que, según el informe, no había roturas de costillas, sólo magulladuras por todo el cuerpo. Le curaron el dedo y para casa con analgésicos y antiinflamatorios. Eso sí, estará una temporada muy molesto con las costillas.

Como conclusión podemos asegurar de que se trata de una preciosa ruta para hacer en cualquier época, pero si se quiere disfrutar al máximo lo mejor es hacerla en primavera. Una pena que estando marcada como está, homologada y publicitada, no esté nada transitada.

Más información: http://www.bttalistesanabria.com/


Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc.

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Relive 'Morning Apr 27th'

16 de mayo de 2016

VI Ruta BTT "Arroz a la zamorana", Carbajales

Ocho bikers nos desplazamos en esta ocasión a Carbajales de Alba para participar en la VI Marcha BTT "Arroz a la zamorana". A los que participábamos por primera vez nos sorprendió el ambientazo que había en el pueblo,coches cargados con bicis por todos lados y gente pedaleando por todos los rincones del pueblo.

Tras la entrega de dorsales junto con un par de Carbajales se dio la salida.


A nosotros nos pilló en la primera fila porque no pudimos ponernos en otro sitio, así que salimos con el grupo de cabeza. En los primeros compases nos sorprendió que el terreno estuviera seco. Los primeros kilómetros fueron bastante llevaderos porque salvo una cuesta en la que se formó un tapón, la mayoría fueron descendiendo.

Pero lo bueno llegó enseguida. Tras recorrer unos kilómetro por una senda flanqueada de jaras, llegamos a una zona con charcos enormes y profundos y un auténtico "chocolate" de barro. Creo que todos terminamos sumergiendo los pies en el barrizal. Pero lo peor no era eso, sino lo que costaba mover la bici...


A partir de ahí cada ciertos cientos de metros surgían esos barrizales. Pero poco después tuvimos la oportunidad de lavar las bicis porque tuvimos que atravesar un riachuelo, la mayoría con la bici en la mano, y seguir con ella así porque la cuesta que había tras el río era descomunal.


Tras montar otra vez continuamos en paralelo a la vía casi hasta Ferreruela, pero justo antes del pueblo giramos a la izquierda para encarar hacia Domez. Eso sí, antes hubo que subir una cuesta que era un auténtico lodazal y después descender por una ladera repleta de piedras. Allí se cayó uno de los nuestros y se cortó con una de esas piedras.


Al llegar a Domez hubo un avituallamiento con todo tipo de comida y bebida. Tras reponer fuerzas continuamos con la mejor parte de la marcha, recorriendo la ribera del río Aliste, un auténtico lujo para la vista.


Llegamos a Vegalatrave y continuamos en paralelo al río, que en esa zona ya se empieza a ensanchar, hasta Losacio, donde había otra avituallamiento y se podía escoger entre girar hacia Carbajales y así hacer la ruta corta o hacia la derecha para hacer la ruta larga. Uno de los Bikers no se dio cuenta, giró a la derecha e hizo la marcha larga sin querer. Llegó cansado, pero llegó.


Los que hicimos la corta ascendimos una larga cuesta para enlazar con un camino de concentración en muy estado que terminó por llevarnos hasta Muga de Alba. Un poco antes de llegar a esta localidad otro Biker rompió la cadena y continuó caminando hasta Carbajales (unos 8 km).


Desde Muga, de nuevo por un camino de concentración seguimos hacia Carbajales en un continuo sube y baja. En este tramo otro Biker rompió la patilla del cambio y tuvo que continuar con la bici en la mano hasta la meta. Tras una de las subidas divisamos el pueblo e iniciamos un descenso que nos llevó casi hasta las primeras casas, pero antes había una "traca final", otro tramo lleno de barrillo y charcos enormes. Tras superarlo, ya sin ningún tipo de duelo, entramos en el pueblo, llegamos a la plaza y cruzamos la línea de meta. Tras cruzarla nos pusieron una medalla conmemorativa.

Bonita ruta, pero dura por los numerosos ascensos y descensos y, sobre todo, endurecida por el barro.

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17 de mayo de 2015

Btt "Arroz a la zamorana 2015"

En la V edición de la BTT "Arroz a la zamorana" participaron seis "bikers". La primera parte, según su relato, fue muy dura, con rampas empinadas y larguïsimas, y con descensos peligrosos. Tan dura les resultó que más de uno pensó en dar por concluida la ruta al pasar por Carbajales la primera vez. Pero unos a otros se animaron e hicieron también el segundo recorrido, resultando este mucho más asequible y por ello disfrutaron más en este tramo que en esa dura primera parte. En total realizaron unos 54 km. Algunas esposas se animaron a realizar la ruta a pie y concluyeron un recorrido de 25 km.

Pero lo mejor vino tras la ducha, una agradable comida en un restaurante de la localidad e incluso una copa al llegar a Zamora.


1 de mayo de 2014

Carbajales de Alba

De nuevo iniciamos la ruta con una espléndida mañana primaveral. Al estar cortado el paso en Valorio tuvimos que dirigirnos al Polígono La Hiniesta para allí coger el Camino la Lobata que nos llevó casi hasta la ermita del Cristo de Valderrey. Continuamos hacia La Hiniesta donde paramos a contemplar la fabulosa fachada de su iglesia. Proseguimos por buenos caminos de concentración bordeando Andavías y más tarde Palacios del Pan.

Ya cerca del embalse nos adentramos en una zona repleta de jara en flor y encinas muy bonita. Poco después iniciamos el descenso hacia el ya inutilizado puente por el que atravesamos el embalse. Tras tomar unos metros de carretera volvimos a un camino y poco antes de Manzanal del Barco de nuevo pisamos asfalto. Continuamos por él hasta que sobrepasamos el pueblo y tomamos un camino a la izquierda. Tras superar unas buenas rampas ya divisamos a lo lejos Carbajales. En pocos minutos llegamos a esta localidad y ya allí unas coca colas nos supieron a gloria.

Esta ruta fue sólo de ida.

Portada de la iglesia de La Hiniesta.
Enorme recta cerca de Palacios del Pan.
Campo de cereal.
Jara en flor y al fondo el embalse.

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