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23 de enero de 2022

En busca de la Rivera de Sobradillo

A poco más de veinte kilómetros de Zamora se encuentra la localidad de Sobradillo de Palomares. En su término se encuentra la Rivera de Sobradillo, un riachuelo de poco caudal que serpentea entre grandes bloques de piedra, praderas y encinas. Es Sayago, Sayago en estado puro, y merece no una visita, sino muchas. Nosotros no es la primera vez que recorremos la zona y, aún así, siempre le seguimos encontrando encanto.

19 de diciembre de 2021

Central de "El Porvenir de Zamora"

En 1899, Federico Cantero Villamil, un adelantado a su tiempo, impulsó la creación de la sociedad anónima El Porvenir de Zamora, teniendo por objeto gestionar la distribución de la red eléctrica de la provincia. En 1902, dicha sociedad comenzó a construir el salto de San Román de los Infantes, inaugurado el 1 de enero de 1903. Desde él se gestionaba la distribución de electricidad a la ciudad de Zamora, Salamanca y parte de Valladolid. A ese salto se le ha conocido popularmente como "El Porvenir". Hoy lo hemos visitado.

31 de enero de 2021

A Peñausende por carretera (a nuestro pesar)

Por fin, aunque solo sea por una vez, hemos sido previsores. En las dos últimas semanas ha llovido y eso contribuyó, además, a deshelar la nieve y el hielo. La noche del viernes al sábado siguió cayendo agua, y bastante. Así que hoy decidimos, para evitar llenarnos y llenar las bicis de barro, hacer una ruta de asfalto, procurando ir por carreteras poco transitadas y haciendo más kilómetros para compensar. Finalmente fuimos hasta Peñausende.


27 de diciembre de 2020

Puertas en la puerta de Sayago

Hay situaciones en las que nos habría gustado abolir la propiedad privada. Así, de repente, a golpe de varita mágica. Y es que en la ruta de hoy hemos encontrado muchas puertas, cancelas, y al final, la cuarta condicionó el resto del recorrido, porque nos impidió seguir con el que habíamos previsto.

13 de diciembre de 2020

Explorando la rivera de Sobradillo de Palomares

La dirección de la salida de hoy, una vez más, la marcó el viento. Se esperaba que soplara del suroeste, así que hacia allí planteamos nuestra ruta. Al salir no esperábamos gran cosa de ella porque el día no estaba nada bonito, el gris lo presidía todo, y la mayoría de nosotros, que somos de sol, cuando nos falta este lo notamos. Sin embargo, nos encontramos con una recorrido precioso con un protagonista: el arroyo o rivera de Sobradillo de Palomares.

15 de noviembre de 2020

Sorprendidos por el barro

Esta mañana sabíamos que no íbamos a encontrar caminos secos y polvorientos, imaginábamos que algún rastro de humedad tendrían, pero lo que no imaginábamos es que íbamos a estar peleándonos con el barro a lo largo de toda la ruta. La única explicación que encontramos para justificar la presencia de tanto es que por la zona por la que se desarrolló nuestro recorrido debió llover mucho ayer o esta noche. Por eso ese barro nos sorprendió y condicionó todo.

10 de febrero de 2019

En busca de los entresijos del Duero

La ruta prevista para hoy no era la que finalmente hemos hecho, pero la previsión del tiempo era mala: viento, cielo nublado y lluvia; así que ayer decidimos aplazarla. Como el viento iba a soplar del suroeste tocaba ir en ese sentido, así que planificamos una ruta hacia la zona de San Román y El Porvenir, un meandro de 180º, una península con un perímetro de casi 10 km que hace el Duero a pocos kilómetros de Zamora.

Salimos a las 9,30 h. seis bíkers de la Ciudad Deportiva y seguimos el curso del río para terminar cruzándolo por el Puente de los Poetas.


Continuamos ascendiendo al barrio de Rabiche por una cuesta que nos hizo sudar, por la propia cuesta y porque hoy no hacía frío e íbamos abrigados. Terminamos saliendo al camino que va a Carrascal y que hemos seguido ya en otras ocasiones. Tras algunos sube y bajas llegamos a esta localidad. Cruzamos por algunas de sus calles y cogimos un camino que tras algún giro terminó por ponernos en el que lleva a la dehesa de Congosta.


Desde las zonas altas ya atisbamos el río y comenzamos a rodar en paralelo a él. Pronto llegamos a algunas edificaciones de la dehesa.


Justo donde empieza la Carva nosotros continuamos recto y cruzamos una entrada que aparecía con unas cintas para disuadir a los que pretendan cruzarla. No fue el caso.

La sorpresa fue grande al ver que ese camino, por el que habíamos intentado pasar el año pasado, había sido limpiado de zarzas, ramas y demás vegetación que, en esa ocasión, hizo que nos tuviéramos que dar la vuelta. Así que, ya limpio, rodamos por él de maravilla, pudiendo contemplar inmejorables vistas del Duero.



Ese camino es, además, muy variado, teniendo una zona en la que aparece delimitado por una paredes de piedra perfectamente construida al mejor estilo tradicional.



Poco después avistamos ya las instalaciones de la presa de San Román y enseguida llegamos a ellas.



Estas instalaciones, puestas en marcha en 1902 (ver su historia aquí), fueron de las primeras de España. Desde la presa el agua pasa a través de un túnel al otro lado del meandro, donde está la central eléctrica de El Porvenir. Nuestra intención era llegar también a esta, pero finalmente no pudo ser. Lo dejamos pendiente.

Una vez sobrepasada la presa continuamos por un camino que abandonamos en cuanto se separó del río. Hasta aquí algunos habíamos estado alguna vez, pero de aquí en adelante era inédito para todos. Proseguimos por un caminito que nos encantó porque estaba trazado por la orilla del río y nos permitía pedalear con unas vistas impresionantes.



De vez en cuando nos tocó echar el pie a tierra por algún desnivel o por zonas de roca, pero no nos importó en absoluto. Y tampoco nos importó que no fuera un "camino de rosas" porque estábamos disfrutando.




Después de esta zona rocosa el paisaje cambió y empezamos a rodar algo más alejados del agua y rodeados de encinas.


Poco después empezamos a ver a lo lejos, en la orilla opuesta, la llamada carretera de Los Infiernos y en esa zona es donde ya los caminos desaparecieron y empezamos a rodar por donde nos parecía que la bici iría mejor. Tuvimos que cruzar una tierra sembrada por su borde, después llegamos a  una zona muy arenosa, más tarde a un lugar por el que no podíamos seguir...


Para "ayudar", el viento, que en el tramo anterior no nos había molestado, comenzó a darnos de frente y, además, empezó a llover. Poquito a poco íbamos avanzando muy lentamente, parando cada poco a pasar algún obstáculo, pero íbamos avanzando al fin y al cabo. Estábamos ya frente a la zona de Los Infiernos en la que la carretera va elevada, junto al Duero. Algunos cientos de metros después encontramos al fin un camino usado por maquinaria agrícola. ¡Nos pareció una autopista!


Pero se terminó y poco después tuvimos que volver a cruzar otra tierra sembrada, eso sí, ya veíamos las edificaciones de la dehesa, por lo que imaginábamos que algún camino habría cerca.


Podríamos haber seguido bordeando el río campo a través, pero nos tentó un camino que conducía a las viviendas de la dehesa y lo tomamos porque cada vez hacía más viento y llovía más, además de que se estaba haciendo tarde. El camino nos condujo a esas edificaciones, pasamos junto a ellas y enseguida empezamos a ascender. Un ascenso que duró, salvo algún pequeño tramo llano o de suave descenso, unos ocho kilómetros.


Ocho kilómetros que dieron de sí. Primero parte de ellos fueron de buen camino, más tarde uno de esos buenos caminos nos llevó hasta la carretera que va a San Román y El Porvenir. Y siguiendo esta llegamos a la bifurcación que conduce a la localidad de San Román. Pensábamos seguir por ese ramal, pero para llegar antes a Zamora decidimos seguir la carretera hasta el cruce con la de Fermoselle. Nos separaban 4 kilómetros hasta ese cruce pero, a pesar de ser por carretera, se nos hicieron largos porque el viento soplaba muy fuerte frontal o lateralmente, sin olvidar la lluvia.



Ya en la carretera de Fermoselle todo cambió, por fin rodamos con el viento de popa y ¡cómo se notaba! Pasados poco más de quinientos metros nos desviamos hacia el centro hípico y proseguimos, pasado este, hacia La Pueblica de Campeán. Con el viento empujando y cuesta abajo volábamos.

Antes de llegar a esa localidad giramos a la izquierda para seguir por el GR-14 por el que también rodamos fenomenalmente con esa ayudita extra. No tardamos nada en llegar a Tardobispo. A estas alturas, además, había dejado de llover.  Pasada esta localidad incluso el sol quiso asomarse entre los pocos huecos que le dejaban las nubes.



En pocos minutos sin más novedades estábamos a las puertas de Zamora. Entramos por San Frontis y cruzamos el Puente de Piedra, siguiendo por la Horta para regresar al lugar de partida, donde hicimos una parada para reparar los líquidos perdidos y comentar la jugada...

Nos queda pendiente visitar El Porvenir, hoy no pudo ser, pero no nos olvidaremos.


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Relive 'Morning Feb 10th'

6 de mayo de 2018

A la conquista de Miranda do Douro

"La Mirandesa" es un clásico entre los que practicamos la MTB en Zamora y, en nuestro caso, raro es el año que no la hacemos. La época ideal para llevarla a cabo es la primavera.

El último día que hicimos una ruta alguien dijo: ¿Y si el Domingo hacemos la Mirandesa? Y como era primavera, y había deseo de hacerla, hubo aprobación general y hoy conquistamos Miranda.

Salimos temprano, a las 8,45 h., siete bíkers, cinco que íbamos hasta la localidad portuguesa y otros dos que no podían quedarse a comer allí y que nos acompañaron muchos kilómetros (tantos que entre ida y vuelta hicieron más que nosotros). Abandonamos Zamora, por el GR-14 y poco después del cruce con la carretera de Los Llanos se unió el sexto bíker (octavo, si contamos a los acompañantes).