3 de marzo de 2024
Caralaire hasta los almendros de Los Infiernos
5 de noviembre de 2023
Contra viento y pereza
20 de noviembre de 2022
A Los Infiernos por caminos inéditos V 2.0
Se dice que "segundas partes nunca fueron buenas", pero en este caso el dicho no se cumple porque hemos repetido una ruta por la zona de Los Infiernos que habíamos realizado hace unos meses y nos ha vuelto a encantar, y eso que hoy la meteorología no acompañaba.
13 de marzo de 2022
Disfrutando del verde (y de los charcos)
A pesar de que no nos gusta nada el barro ya teníamos ganas de pisar charcos. Y es que ya era tan necesaria la lluvia para el paisaje, para el campo y para los agricultores, que no nos ha importado en absoluto sufrir el barro gracias a que, por fin, ha llovido. Aparte del barro hemos disfrutado muchísimo esta ruta que discurre por la zona de Palomares y Los Infiernos, pero por caminos que, en una gran parte, eran inéditos para nosotros.
16 de enero de 2022
En la variedad está el gusto
Se dice que en la variedad está el gusto, y hoy ha quedado demostrado que así es. Hemos hecho una ruta muy variada, atravesando encinares, jarales, pinares, tierras de cereales, barbechos... Subiendo y bajando cuestas que parecían imposibles y otras más suaves, y también rodando por llanuras. Y todo sin alejarnos en ningún momento más de 10 km en línea recta desde Zamora capital.
5 de diciembre de 2021
A Los Infiernos por caminos inéditos
Después de años montando en bici, la mayor parte de las veces por los alrededores de Zamora, todavía logramos sorprendernos al encontrar nuevos caminos y paisajes desconocidos a escasos diez kilómetros de la capital. A la zona llamada Los Infiernos hemos ido decenas de veces, pero jamás habíamos rodado por zonas por las que lo hemos hecho hoy, y nos han encantado.
7 de marzo de 2021
Miradores del Duero (Salto del Ladrón y El Asestadero)
Hace unos días un amigo, Manuel Rapado, nos envió un estupendo dosier que ha realizado sobre miradores en los Arribes del Duero y del Esla (descargar desde aquí). Con alegría descubrimos que ya habíamos estado en algunos de esos bonitos lugares para contemplar el paso del río Duero, pero que aún nos faltaban bastantes por descubrir (y casi todos del Esla). Nos pusimos manos a la obra y diseñamos una ruta para conocer uno de ellos, el denominado Salto del Ladrón, y de paso otro cercano, El Asestadero.
4 de octubre de 2020
Sorprendente Ermita de San Pelayo
Si nada más levantarnos alguien del grupo hubiera comunicado al resto algo como: "Está lloviendo, ¿volvemos a la cama?", probablemente la respuesta hubiera sido unánime: "Vale", porque a la pereza se le unía un cielo muy gris y la lluvia "mojatontos" que estaba cayendo. Pero unos por otros, la casa sin barrer, y como nadie dijo nada, todos acudimos a nuestra cita de las 9,00 h.
Y menos mal que nadie realizó la propuesta porque nos habríamos perdido una bonita ruta a un lugar que desconocíamos, pese a haber estado por la zona muchas veces, la ermita de San Pelayo, en el término de Almaraz de Duero. De ella sólo se conservan algunos restos de sus muros, y vestigios de lo que fuera un santuario rupestre, pero intactas quedan las vistas que desde su emplazamiento hay sobre nuestro río Duero. Ha sido toda una sorpresa para nosotros.
10 de mayo de 2020
El paraíso está en el municipio de Zamora
16 de febrero de 2020
De vuelta al paraíso
Y aunque dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, no estamos de acuerdo porque hoy hemos vuelto a divertirnos sobre la bici, a disfrutar mucho del paisaje y a reírnos de las circunstancias adversas que fueron apareciendo.
1 de diciembre de 2019
La lluvia fue la protagonista
A las 9.30 estábamos en la CD los cinco bíkers que habían confirmado su participación. Decidimos intentar ir a la localidad de Almendra, ya que hacía 15 días lo habíamos intentado y tuvimos que dar la vuelta por un descuido de uno de nosotros. Parecía, además, que en esa dirección el cielo estaba más claro.
Bordeamos el Duero y, asombrándonos de lo que ha crecido en los últimos días, seguimos junto a él, tras pasar por debajo del Puente de los Poetas, hasta las Aceñas de Gijón. Continuamos por la carretera de Almaraz hasta poco después de pasar la antigua cárcel, donde la abandonamos para seguir por la izquierda, por el camino de Los Pisones.
17 de marzo de 2019
De frente a El Porvenir de Zamora
Quedamos a las 9.00 h. porque había que tratar de estar de nuevo aquí a las 13.00 h. y en ese periodo había que hacer una bonita ruta y pasar una buena mañana. Y así lo hicimos...
La idea de esta salida nos la dieron nuestros amigos de Bici Zamora, uno de cuyos grupos la hizo parecida la semana anterior, nosotros cambiamos algo el principio y el final, pero básicamente es muy similar.
Hay que decir que la mañana estaba fresquita, unos cuatro grados, pero lucía espléndida.
Los primeros kilómetros los rodamos a ritmo muy tranquilo, encaminándonos hacia Valorio. Allí cogimos el paseo central, bordeamos el pinar y salimos al carril bici a la altura del Puente Croix.
Seguimos por este y al llegar al puente de la vía giramos a la izquierda y... ¡primer calentón! Una subidita que es larga, con cierta inclinación y que, como siempre nos coge en frío, se atraganta un poco. Superada esta continuamos por el camino y cuando pasamos por el viaducto que atraviesa la autovía, seguimos por buenos caminos, con giros de más de noventa grados en alguna ocasión porque de lo que se trataba era de llegar a la rotonda que hay junto a la gasolinera de la N-122.
Ya desde la rotonda cogimos el llamado camino de La Higuera que nos llevó hasta donde queríamos, a la carretera de Almaraz. Desde ese punto, para llegar a nuestro destino, no nos quedaba otra que rodar por asfalto unos kilómetros, así que simplemente "nos dejamos caer" porque teníamos por delante más de tres kilómetros de descenso.
Acabados estos hay una zona llana y después se suceden pequeñas subidas y bajadas hasta llegar a la zona que todos los zamoranos llamamos "Charquitos", que es donde nos encontramos con el Duero.
Al llegar a la zona más alta hicimos una parada para reagruparnos, sacar unas fotos y disfrutar de las vistas.
Finalmente dejamos la carretera y nos desviamos a la izquierda para continuar por un camino que esperábamos verlo flanqueado por almendros floridos. Almendros había, pero no tan floridos como pensábamos, imaginamos que por una helada que tuvieron que sufrir esta semana. Nada extraño siendo almendros...
Este camino nos llevó a otro y nada más empezar a rodar por este nos desviamos e hicimos un descenso hacia el río por una senda con mucha vegetación. Al llegar al Duero nos encontramos con las ruinas de lo que parecía haber sido un molino.
Algunos seguimos, ya sin bici, por él y unos cien metros más adelante vimos perfectamente El Salto de El Porvenir de Zamora, una pequeña central hidroeléctrica construida en 1902, la primera que se hizo en el Duero, y que suministraba electricidad a Zamora, Toro, Salamanca y Valladolid. El agua la toma al otro lado del meandro que hace el Duero, en lo que conocemos como Presa de San Román (en la que estuvimos no hace mucho -ver ruta-), y mediante un túnel de 1,5 km la trae hasta aquí. La caída de un lado a otro es de más de 11 m.
Así que primero recorrimos el camino hasta que salimos a de nuevo a la carretera.
Siguiendo ese trazado, y ya cuando nos disponíamos a descender hacia el Camino de Los Pisones, nos liamos. Unos se quedaron un poco atrás, otros se despistaron del track, otro se metió por un camino que no tenía salida... El caso es que el grupo se dividió, pero gracias a los teléfonos nos volvimos a juntar ya en la carretera de Almaraz, a la altura de la Depuradora. Desde allí nos dirigimos a Valorio porque nos esperaba el 10º bíker en un banco, con una tortilla de patata (su especialidad) recién hecha y una barra de pan. Compramos unas cervezas en una de las casetas y todo (tortilla, cerveza, pan y la compañía) nos supo a gloria.
Relive 'Morning Mar 17th'
10 de febrero de 2019
En busca de los entresijos del Duero
Salimos a las 9,30 h. seis bíkers de la Ciudad Deportiva y seguimos el curso del río para terminar cruzándolo por el Puente de los Poetas.
Continuamos ascendiendo al barrio de Rabiche por una cuesta que nos hizo sudar, por la propia cuesta y porque hoy no hacía frío e íbamos abrigados. Terminamos saliendo al camino que va a Carrascal y que hemos seguido ya en otras ocasiones. Tras algunos sube y bajas llegamos a esta localidad. Cruzamos por algunas de sus calles y cogimos un camino que tras algún giro terminó por ponernos en el que lleva a la dehesa de Congosta.
Desde las zonas altas ya atisbamos el río y comenzamos a rodar en paralelo a él. Pronto llegamos a algunas edificaciones de la dehesa.
Justo donde empieza la Carva nosotros continuamos recto y cruzamos una entrada que aparecía con unas cintas para disuadir a los que pretendan cruzarla. No fue el caso.
La sorpresa fue grande al ver que ese camino, por el que habíamos intentado pasar el año pasado, había sido limpiado de zarzas, ramas y demás vegetación que, en esa ocasión, hizo que nos tuviéramos que dar la vuelta. Así que, ya limpio, rodamos por él de maravilla, pudiendo contemplar inmejorables vistas del Duero.
Ese camino es, además, muy variado, teniendo una zona en la que aparece delimitado por una paredes de piedra perfectamente construida al mejor estilo tradicional.
Poco después avistamos ya las instalaciones de la presa de San Román y enseguida llegamos a ellas.
Estas instalaciones, puestas en marcha en 1902 (ver su historia aquí), fueron de las primeras de España. Desde la presa el agua pasa a través de un túnel al otro lado del meandro, donde está la central eléctrica de El Porvenir. Nuestra intención era llegar también a esta, pero finalmente no pudo ser. Lo dejamos pendiente.
Una vez sobrepasada la presa continuamos por un camino que abandonamos en cuanto se separó del río. Hasta aquí algunos habíamos estado alguna vez, pero de aquí en adelante era inédito para todos. Proseguimos por un caminito que nos encantó porque estaba trazado por la orilla del río y nos permitía pedalear con unas vistas impresionantes.
De vez en cuando nos tocó echar el pie a tierra por algún desnivel o por zonas de roca, pero no nos importó en absoluto. Y tampoco nos importó que no fuera un "camino de rosas" porque estábamos disfrutando.
Después de esta zona rocosa el paisaje cambió y empezamos a rodar algo más alejados del agua y rodeados de encinas.
Poco después empezamos a ver a lo lejos, en la orilla opuesta, la llamada carretera de Los Infiernos y en esa zona es donde ya los caminos desaparecieron y empezamos a rodar por donde nos parecía que la bici iría mejor. Tuvimos que cruzar una tierra sembrada por su borde, después llegamos a una zona muy arenosa, más tarde a un lugar por el que no podíamos seguir...
Para "ayudar", el viento, que en el tramo anterior no nos había molestado, comenzó a darnos de frente y, además, empezó a llover. Poquito a poco íbamos avanzando muy lentamente, parando cada poco a pasar algún obstáculo, pero íbamos avanzando al fin y al cabo. Estábamos ya frente a la zona de Los Infiernos en la que la carretera va elevada, junto al Duero. Algunos cientos de metros después encontramos al fin un camino usado por maquinaria agrícola. ¡Nos pareció una autopista!
Pero se terminó y poco después tuvimos que volver a cruzar otra tierra sembrada, eso sí, ya veíamos las edificaciones de la dehesa, por lo que imaginábamos que algún camino habría cerca.
Podríamos haber seguido bordeando el río campo a través, pero nos tentó un camino que conducía a las viviendas de la dehesa y lo tomamos porque cada vez hacía más viento y llovía más, además de que se estaba haciendo tarde. El camino nos condujo a esas edificaciones, pasamos junto a ellas y enseguida empezamos a ascender. Un ascenso que duró, salvo algún pequeño tramo llano o de suave descenso, unos ocho kilómetros.
Ocho kilómetros que dieron de sí. Primero parte de ellos fueron de buen camino, más tarde uno de esos buenos caminos nos llevó hasta la carretera que va a San Román y El Porvenir. Y siguiendo esta llegamos a la bifurcación que conduce a la localidad de San Román. Pensábamos seguir por ese ramal, pero para llegar antes a Zamora decidimos seguir la carretera hasta el cruce con la de Fermoselle. Nos separaban 4 kilómetros hasta ese cruce pero, a pesar de ser por carretera, se nos hicieron largos porque el viento soplaba muy fuerte frontal o lateralmente, sin olvidar la lluvia.
Antes de llegar a esa localidad giramos a la izquierda para seguir por el GR-14 por el que también rodamos fenomenalmente con esa ayudita extra. No tardamos nada en llegar a Tardobispo. A estas alturas, además, había dejado de llover. Pasada esta localidad incluso el sol quiso asomarse entre los pocos huecos que le dejaban las nubes.
En pocos minutos sin más novedades estábamos a las puertas de Zamora. Entramos por San Frontis y cruzamos el Puente de Piedra, siguiendo por la Horta para regresar al lugar de partida, donde hicimos una parada para reparar los líquidos perdidos y comentar la jugada...
Nos queda pendiente visitar El Porvenir, hoy no pudo ser, pero no nos olvidaremos.
Relive 'Morning Feb 10th'