Hay salidas en bici preciosas y otras que podríamos calificar como de trámite porque las circunstancias casí, casí, que obligaban a que fuera así. Había llovido mucho durante la semana y había que rodar por zonas donde no hubiera barro. Se nos ocurrió que yendo a Piedrahíta de Castro podríamos librarnos de él y casi, casi, lo conseguimos. Por lo demás, lo dicho, de trámite.
23 de octubre de 2023
4 de diciembre de 2022
Matando el frío hasta Villalube
Por fin el frío llegó a Zamora. No es que nos alegremos de pedalear con temperaturas bajo cero, pero nos gusta que en cada momento del año haga lo que tiene que hacer, y a primeros de diciembre por aquí siempre ha habido las nieblas de la Purísima. Quien inventó aquello de "las bicis son para el verano" era uno al que no le gustaban lo suficiente. A nosotros nos gustan para el verano y para el invierno y hoy tocó una ruta propia de esta estación.
31 de julio de 2022
Entre girasoles y maizales
27 de marzo de 2022
Conociendo Matilla la Seca
Hoy comenzamos la temporada de primavera-verano. La entrada de la estación de las flores el pasado Domingo y el cambio de horario que se produjo esta noche, nos anuncian que el buen tiempo y las horas de sol ya están aquí, y nosotros encantados, claro. Para celebrarlo la ruta que hemos hecho este Domingo ha sido un baño de sol (eso sí, algo apagado por el polvo en suspensión) y de campos verdes.
20 de febrero de 2022
Entre el río Salado y el Valderaduey
20 de diciembre de 2020
Coreses, Algodre, Gallegos, Benegiles... y mucho barro
Lo que podría haber sido una etapa cómoda, para rodar y disfrutar terminó por tener un protagonista: el barro. Nos acompañó, bastante más de lo esperado, todo el camino, pero poco antes de Molacillos se cubrió de gloria y nos rompió la ruta. Es lo que tiene salir en bici en esta época, ya sabemos a lo que nos arriesgamos, y es que no estamos de acuerdo con el dicho "las bicis son para el verano", así que de vez en cuando hay que pagar las consecuencias.
20 de septiembre de 2020
A la antena de Algodre en busca de los claros
19 de enero de 2020
Atravesando la "estepa" castellana
La ruta (basada en una de Tesoman) nos iba a llevar hasta Piedrahíta de Castro, pero con algún rodeo, como el paso por el Teso de la Mora. La iniciamos a algo más de las 9.30 seis bíkers. Dejamos Zamora atrás rodando por el carril bici. Al llegar al puente sobre el Valderaduey abandonamos dicho carril, salimos a la N-122, y poco después cruzamos al otro lado para tomar el camino que utilizamos normalmente para ir a Molacillos.
Esperábamos más barro en esa zona, pero el estado del terreno nos sorprendió agradablemente, porque los charcos que había eran esquivables.
23 de diciembre de 2018
Hasta el interior de las cisternas romanas del Teso de la Mora
Pero para llegar a la sorpresa, antes partimos a las 9.30 de la Ciudad Deportiva cinco bíkers (las prenavidades empiezan a hacer estragos...) y nos dirigimos hacia la zona de la Universidad Laboral porque queríamos pasar por la pasarela existente sobre las vías.
Ya al otro lado, en la carretera de Villalpando, continuamos por ella y giramos a la izquierda para seguir por la de Cubillos. Poco más adelante nos desviamos de nuevo a la izquierda para seguir por un camino trazado en paralelo a la carretera y que nos llevó hasta la de Valcabado. Ya en este tramo descubrimos que íbamos a encontrar bastante más barro del que esperábamos.
Al llegar a dicha carretera nos dirigimos a la derecha y llegamos enseguida de nuevo a la de Cubillos, que seguimos hasta esta localidad. Ya en ella pasamos por debajo del puente de la vía y poco después continuamos por un camino a la izquierda. En este ya empezamos a sufrir el barro seriamente.
Menos mal que, aunque es el típico que se va pegando a las ruedas en cada vuelta, tuvimos la suerte de que estuviera en unas condiciones que no se adhería pero sí que frenaba las ruedas y costaba mucho mover la bici. Esto, añadido a que el perfil era ascendente, hizo que este tramo nos hiciera sudar, a pesar de la niebla, que no levantaba, y que hacía que la temperatura fuera baja, poco más de cero grados.
Tras algunos cambios de dirección y ya por caminos en mejor estado, alcanzamos una recta desde donde ya pudimos ver el Teso de la Mora.
Pero antes de llegar a él tuvimos que atravesar primeramene Torres del Carrizal. Tras recorrer algunas de sus calles giramos a la izquierda. y tras algún kilómetro rodando cómodos, enfilamos otra recta pero con una ascensión no muy pronunciada pero como todas, costosa.
Esa subida nos dejó en el camino que hemos seguido otras veces para ir al Teso. Continuamos por este terreno ya conocido y empezamos a disfrutar de las vistas porque estábamos ya casi a la altura de las cisternas.
Y allí, un poquito más adelante vimos la cubierta y el vallado hecho para proteger estas ruinas.
Tras la visita cultural dimos una vuelta al Teso para seguir disfrutando de las vistas, en esta ocasión, mermadas por la niebla alta.
Descendimos de nuevo hacia el llano y al llegar a la carretera de Villalpando perdimos una unidad, al tener un biker que regresar a Zamora. Los cuatro restantes continuamos hasta Molacillos por carretera y al entrar en el pueblo giramos a la izquierda para seguir por un camino que empezó siendo ligeramente ascendente y que, más adelante, tras volver a la derecha, se fue inclinando más. Tras coronar esa subida iniciamos un descenso que nos puso a los pies de Algodre.
Salimos de esta localidad con dirección a Coreses y al terminar las últimas casas continuamos por un camino a la izquierda que nos llevó hasta ese pueblo. Tras cruzarlo tomamos el camino habitual a Zamora, eso sí, a un ritmo fuerte, ahora que el terreno estaba suelto y no frenaba nuestras ruedas.
Al llegar a Zamora no nos quedó otra que lavar las bicis en la gasolinera. Desde allí continuamos por el carril bici hasta la ciudad. Ya en ella recuperamos algo los líquidos perdidos por el bien de nuestra salud...
Relive 'Morning Dec 23rd'
10 de febrero de 2018
Enormes rectas por la Tierra del Pan
Relive 'Morning Feb 10th'
7 de enero de 2018
Esquivando la lluvia... ¡Llegamos secos!
Planificamos una ruta en la que se hicieran kilómetros pero sin alejarnos mucho de Zamora, por si acaso había que volver acosados por la lluvia, así que dimos varios rodeos y bordeamos varios pueblos (La Hiniesta, Andavías, Montamarta, Cubillos y Torres de Carrizal) sin llegar a entrar más que en Molacillos. También queríamos pisar caminos nuevos y lo logramos.
Pero antes de todo eso salimos de la Ciudad Deportiva y tras recorrer parte del carril bici ascendimos por el Espíritu Santo, un buen calentón estando aún fríos, y terminamos en Guimaré.
Desde allí cruzamos la N-122 y rodamos por buenos caminos de concentración repletos de toboganes hasta llegar a la entrada de Palomares, evitamos la bajada y continuamos con dirección Andavías. Bastante antes de llegar cambiamos de dirección para enfilar hacia Cubillos. Tras varios cambios de dirección pasamos cerquita de este pueblo pero enseguida giramos a la izquierda para tirar ahora hacia Torres de Carrizal.
En todo el recorrido encontramos algo de barro y algunos charcos en zonas bajas, pero sin importancia, pero después de Cubillos hubo una zona en la que todos pensamos que se podía complicar la tranquila mañana. Pero no, se pegó barro a nuestras ruedas pero pudimos seguir rodando.
Antes de llegar a Torres cambiamos de dirección y continuamos hacia Molacillos. Un par de kilómetros antes de llegar a esta localidad paramos a tomar una barrita o algo de fruta (bajo la atenta mirada de un burrito) y enseguida proseguimos.
Cruzamos la carretera de Villalpando y poco después entramos en Molacillos.
Tras cruzarlo continuamos hacia Zamora, pero antes de llegar nos desviamos del camino habitual para rodar en paralelo al río Valderaduey.
Llegamos a Zamora por la gasolinera Vistalegre, así que aprovechamos para lavar tres de las cinco bicis. Tras el lavado rodamos por el carril bici y ya en la capital paramos a hidratarnos, que lo necesitamos porque llevamos buen ritmo y la ruta había sido algo "rompepiernas" con muchos toboganes en todo el recorrido.
Relive 'Morning Jan 7th'
24 de abril de 2017
Íbamos a Matilla pero terminamos en las antenas de Algodre
En cualquier caso salimos de la Ciudad Deportiva y seguimos por Los Tres Árboles con la idea de seguir un track que nos llevaría a las proximidades de Matilla la Seca. Pero en el GPS dicho track no aparecía así que hubo que improvisar...Como al salir de Zamora ya habíamos cogido dirección Coreses para allí seguimos. Después de cruzar el pueblo giramos a la derecha para dirigirnos a Molacillos. A lo lejos, en lo alto, divisamos nuestra nuevo objetivo:
Eso sí, algo hicimos mal porque Molacillos no terminaba de aparecer en el horizonte, así que en el primer cruce que encontramos decidimos que la derecha podía ser una buena opción (para continuar, sólo para continuar, que nadie piense mal...).
Finalmente la apuesta salió bien porque terminamos en el "buen" camino. Este tiene un perfil ascendente, pero una subida tendida.
Al concluirla giramos a la derecha para descender por un camino que nos dejó a las afueras de Gallegos del Pan. Allí cogimos unos metros la carretera pero enseguida volvimos a lo nuestro, a los caminos, y empezamos a ascender, primero suave, más duro después y cuando creíamos que había terminado nos encontramos con otra rampa inesperada, pero pudimos con ella.
Seguimos rodando, y cambiamos de dirección un par de veces, pero siempre teniendo en mente las antenas que hay por encima de Algodre. Empezamos a divisarlas y en poco tiempo conseguimos ponernos a sus pies.
Desde allí las vistas merecen la pena, más ahora, con el ajedrezado multicolor en el que se ha convertido el campo por efectos de la primavera.
Tras algunos sube y bajas, más bajas que subes, llegamos a Coreses, desde allí fuimos hasta El Convento y allí cogimos un camino que, tras varios cambios de dirección, y tras un tramo grande rodando el paralelo a la vía del AVE, nos devolvió al camino por el que habíamos salido de Zamora. Al llegar a la gasolinera continuamos por el carril bici que nos empujó, sin nosotros querer, hacia una de las Casetas de Los Tres Árboles donde pudimos hidratarnos y saciar parcialmente nuestra hambre.