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8 de enero de 2024

Península de Canaleos (Embalse de Ricobayo)

Hay ocasiones en que mirando un mapa se encuentran lugares que, pese a haber estado muy cerca muchas veces, resultan desconocidos. Así descubrimos una península muy cercana a Montamarta desde la que se contempla lo que sería, originariamente, un meandro del río Esla y que ahora lo es del Embalse de Ricobayo. 


23 de octubre de 2023

De recta en recta

Hay salidas en bici preciosas y otras que podríamos calificar como de trámite porque las circunstancias casí, casí, que obligaban a que fuera así. Había llovido mucho durante la semana y había que rodar por zonas donde no hubiera barro. Se nos ocurrió que yendo a Piedrahíta de Castro podríamos librarnos de él y casi, casi, lo conseguimos. Por lo demás, lo dicho, de trámite.

20 de febrero de 2022

Entre el río Salado y el Valderaduey

El río Salado es un afluente del Valderaduey. Nace en San Esteban del Molar y desemboca cerca de Molacillos. Hoy fuimos en su busca, lo encontramos en Arquillinos y descendimos junto a él hasta casi su encuentro con el Valderaduey. Desde allí acompañamos a este hasta Zamora. Durante todo este periplo, nos sumergimos en la Tierra de Campos en estado puro.


9 de enero de 2022

La ida a Moreruela, la vuelta contra el viento

Lo mal hecho, mal parece y ayer no había mucho tiempo para preparar una ruta, así que cogimos una de Wikiloc, le realizamos cuatro modificaciones y listo. Pero olvidamos tener en cuenta factores importantes en la planificación, como la dirección del viento. Ese error lo hemos pagado hoy, cuando nos tocó hacer prácticamente todo el camino de vuelta contra el viento. Eso sí, nos costó, nos cansamos, pero lo logramos.

27 de septiembre de 2020

Sabia nueva por campos castellanos

Pocas veces hemos sido diez bíkers en una salida, pero hoy se dieron varias circunstancias para que lográramos llegar a ese número. Esto es así, el fin de semana pasado fuimos dos, y hoy diez. Pero el caso es que da gusto ver a un grupo tan numeroso rodar junto. 

Habíamos diseñado un recorrido largo, pero facilón, con suaves subidas y mucha pista para rodar y rodar sin problemas. Y así resultó, si bien al final los kilómetros pesan.

10 de noviembre de 2019

A Valdeperdices por la Dehesa de Palomares

Por diversas razones en la mañana de hoy sólo cinco bíkers se atrevieron a desafiar el frío y la jornada de votaciones para hacer una ruta que fue hasta Valdeperdices.

Cuando partimos de la Ciudad Deportiva el ambiente era frío, la ausencia de sol y el viento producían una sensación por debajo de los 5º que marcaban los termómetros. Así que podríamos considerar la jornada de hoy como la primera invernal.

Recorrimos el carril bici bordeando el río hasta las proximidades del Bosque de Valorio. Atravesamos este, continuamos por Valderrey y tomamos el camino que se coge habitualmente para ir a La Hiniesta. Pero más adelante, en vez de girar hacia la carretera, lo hicimos al contrario, hacia la izquierda para así continuar por una pista de concentración. No mucho después giramos noventa grados a la derecha para enfilar una larga recta repleta de toboganes.


El sol se había abierto paso, pero aún así, como íbamos contra el viento, la sensación seguía siendo fría. Eso sí, esos toboganes lograron mitigar algo esa sensación.

Más adelante viramos a la izquierda y poco después a la derecha para descender hacia Palomares.


Como suele suceder, tras un descenso viene un ascenso, y este, tras pasar junto a algunas viviendas abandonadas de la dehesa, es largo, de unos 4 km. Kilómetros bonitos, en los que el camino está flanqueado por pinos y encinas.



Dimos por culminada la ascensión al llegar al memorial de Merchán, lugar donde tomamos la opción de la izquierda. Descendimos algo y volvimos a subir ligeramente pero eso sí, contra el viento que, además, a medida que avanzaba la mañana iba cogiendo fuerza.



Agradecimos poco después cambiar de dirección noventa grados para entrar en la carretera que une la N 122 con la que va a El Campillo. Ya por esta, con el viento lateral, molesto pero más llevadero, empezamos a rodar mejor y más rápido. Tras cruzar la carretera de El Campillo continuamos dirección Valdeperdices, pero por el camino que teníamos en frente, no por la carretera.

Este tramo lo hicimos en un plis plás porque era descendente en su totalidad. Entramos en Valdeperdices y recorrimos varias de sus calles para terminar saliendo a la zona a la que llega, cuando está crecido, una cola del embalse. Avanzamos por un camino que en breve quedará anegado, terreno que según nuestros GPS era agua.


Como continuamos por esas roderas en lugar de seguir el camino (paralelo) que marcaba el track, cuando nos dimos cuenta subir a su encuentro era casi imposible sin bajarse de las bicis, así que no nos quedó otra que desmontar y tirar de ellas esos metros que nos separaban del camino.


Nada más retornar al camino nos encontramos con un puente sobre las aguas del embalse que, debido al bajo nivel de las mismas, mostraba casi todo su esqueleto.




Al otro lado del puente nos esperaba una ascensión del 8% y de unos 400 m que nos puso a los pies de la localidad de Palacios del Pan.


Eso sí, durante el ascenso cabía la posibilidad de aliviar el cansancio contemplando las bonitas vistas. Entramos en la localidad y no mucho después volvimos a la derecha para descender hacia el lecho del embalse, lo cruzamos y salimos a la carretera, justo donde comenzaban las primeras casas de Andavías.

Atravesamos el pueblo de lado a lado y, tras abandonar las últimas casas, hicimos varios cambios de dirección y terminamos ante un pequeño túnel bajo la vía que acumulaba bastante agua.


Al salir de él nos dimos cuenta de que estábamos justo en el camino que habíamos transitado el Domingo anterior, que viene desde el Viaducto Martín Gil en paralelo a la vía. Pero apenas lo pisamos porque continuamos por otro que salía a un lado. 

De nuevo realizamos varios cambios de dirección para finalmente pasar por encima de las vías del AVE. 


Tras volver a tierra firme rodamos por una larga recta que nos llevó hasta Roales. Tras transitar por alguna de sus calles cruzamos la N 630 y continuamos recto, si bien poco después giramos para dirigirnos a Valcabado, localidad a la que llegamos enseguida. 

Allí cogimos una de las calles que salen a la derecha y, casi en línea recta, terminamos llegando a las últimas casas del Barrio de La Villarina, de Zamora.


Volvimos a girar a la derecha y salimos a una de las rotondas de Cardenal Cisneros. Descendimos en paralelo a esta vía y tras algún "intríngulis" terminamos en el Centro Comercial Valderaduey. Y ya estando allí decidimos saciar nuestra sed en el bar Tramontana. Con fuerzas renovadas cada mochuelo se fue hacia su olivo, eso sí, algunos dando algo de rodeo y volviendo a la entrada de Valorio para allí retomar el carril bici hasta los Tres Árboles.

Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc.


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Relive 'Morning Nov 10th'

27 de noviembre de 2016

Poca historia y mucho barro

El título resumen en pocas palabras lo que fue esta ruta, ya que no hizo historia pero sí pisamos mucho barro.

En esta ocasión sólo salimos tres Bikers de la Ciudad Deportiva. Tras cruzar la ciudad, salimos de ella por la carretera de Villalpando para poco más adelante coger la de Cubillos que abandonamos poco después para adentrarnos en La Villarina y terminar saliendo a la rotonda del Rey Don Sancho. Desde allí nos adentramos en el Nuevo Polígono La Hiniesta, desde donde nos dirigimos hacia Roales. Antes de llegar empezamos a tener los primeros problemas con el barro. Continuamos hacia Valcabado y antes de entrar en el pueblo nos desviamos a la izquierda para coger un camino bastante embarrado, que nos llevó a Cubillos.



Salimos de Cubillos y tras algunos cambios de dirección enfilamos hacia Monfarracinos. En las primeras edificaciones giramos a la izquierda y continuamos por un camino ascendente que, tras girar a la derecha nos llevó hasta la carretera de Villalpando. Rodamos en paralelo a esta y cuando estábamos a punto de terminar este tramo el barro empezó a ser arcilloso, empezó a pegarse a nuestras ruedas y a todas las partes de nuestras bicis.

Terminado esa arcillera cruzamos la carretera y continuamos junto a una finca, en la que había una reliquia:


Proseguimos y terminas saliendo a la carretera de Molacillos, algo que agradecimos, porque rodar por asfalto después de tanto barro da gusto.


Ya en Molacillos decidimos parar junto a una fuente para limpiar algo las transmisiones, que sonaban fatal, se saltaban de piñón...


Desde aquí decidimos acortar la ruta prevista y seguir por carretera hasta Coreses. En esta localidad cogimos el camino habitual. No sabemos qué mosca nos picó pero hicimos todo el camino de regreso a entre 25 y 30 km/h.


Al entrar en Zamora fue inevitable pasar por la gasolinera a lavar las bicis. Tras el lavado el último tramo lo hicimos por el carril bici y al llegar a hidratarse, que rodar por barro causa mucho desgaste.

Para descargarte la ruta haz clic en el logo de Wikiloc.

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