Cascadas de Abelón tras las lluvias

Tras las lluvias otoñales teníamos ganas de ir a alguna de las cascadas de la provincia. Hoy, aprovechando que no llovía fuimos a disfrutar de las Cascadas de Abelón.

Las Enillas en lugar de Villadeciervos

La ruta que teníamos prevista para este Domingo era en Villadeciervos y recorría un amplio espacio de la Sierra de la Culebra. Lamentablemente no pudimos hacerla, pero no es lo malo eso, sino que tardaremos muchos años en poder volver a ver esa zona, tan querida para nosotros, como la íbamos a ver hoy, es más, es posible que sean tantos los años que tarde en recuperarse que para entonces ya no podamos andar en bici para poderla contemplar en su ser, como era, como tantas veces la vimos y disfrutamos.

Las Pilas de Almaraz desde una perspectiva distinta

A pesar de haber trazado a priori una ruta por carretera para evitar el presumible barro que suponíamos iba a haber, finalmente hicimos una mixta y hacia un lugar diferente. Fuimos hasta las llamadas Pilas de Almaraz, un paraje espectacular a tan solo veinte kilómetros de Zamora, pero en esta ocasión para verlas desde una perspectiva diferente, desde la parte alta. El cambio de ruta mereció la pena, sin duda.

Una valla en mi camino

Mañana espléndida, con un sol radiante que llevábamos días sin ver, temperatura fresquita y dos horas y cuarto por delante para disfrutar de la bici. No mucho tiempo, pero a las diez hay que estar en casa... Todo hace pensar que tengo por delante una gran jornada, una gran ruta..., pero no.

Y es que hay veces que las cosas no salen como uno planea y hoy ocurrió eso, se fueron acumulando pequeños incidentes que hicieron que la sensación final, al terminar, fuera de haber hecho una ruta fea y que ni siquiera merecía un espacio aquí. Finalmente la he indultado y aquí estoy escribiendo la crónica, pero no hay mucho, mucho, que contar. Lo mejor las vistas, como esta:

La lluvia fue la protagonista

Segundo intento de hacer una bonita ruta, y segundo fallido. En esta ocasión por culpa de la lluvia. Todo indicaba que iba a llover, pero nos dejamos guiar por el espejismo de que había una franja de un par de horas en las que la previsión era benévola con nosotros, y salimos escaldados...

A las 9.30 estábamos en la CD los cinco bíkers que habían confirmado su participación. Decidimos intentar ir a la localidad de Almendra, ya que hacía 15 días lo habíamos intentado y tuvimos que dar la vuelta por un descuido de uno de nosotros. Parecía, además, que en esa dirección el cielo estaba más claro.

Bordeamos el Duero y, asombrándonos de lo que ha crecido en los últimos días, seguimos junto a él, tras pasar por debajo del Puente de los Poetas, hasta las Aceñas de Gijón. Continuamos por la carretera de Almaraz hasta poco después de pasar la antigua cárcel, donde la abandonamos para seguir por la izquierda, por el camino de Los Pisones.

En torno al Duero (Zamora-Fresno-Molacillos-Villaralbo-Zamora)

En esa ocasión nos reunimos una multitud (6) para la ruta dominical. No es que fuéramos muchos, pero sí lo éramos si comparamos con los que hemos sido los domingos de todo el invierno.

Tras consensuar el itinerario nos dirigimos a Los Tres Árboles para coger el carril bici, por el que rodamos hasta el puente sobre el Valderaduey. Allí cruzamos la carretera y continuamos por el camino habitual que va hacia Coreses, pero en un momento dado tomamos el camino que surge paralelo a la vía del AVE. Seguimos por este hasta que lo dejamos para pasar por encima de un viaducto, volver a cruzar la carretera y seguir por un camino que nos llevó casi hasta el río. Allí nos desviamos a la izquierda y poco después tuvimos que hacer una pareada técnica para cambiar una cámara pinchada. Resuelto el incidente retomamos el camino hasta que llegamos hasta una gran gravera, donde giramos a la derecha para así coger el camino por el que siempre vamos a Fresno.

Llegamos a Fresno y allí nos volvimos a encontrar con la N-122. Giramos a la derecha para meternos en ella y rodar dirección Tordesillas unos dos kilómetros. La abandonamos desviándonos a la derecha y continuamos hacia el río. Volvimos a rodar en paralelo a este y terminamos saliendo a una carretera. Volvimos a la derecha para seguir por ella hasta llegar al puente que cruza el Duero. Allí recuperamos energías y tras el descanso continuamos la subida que lleva a la carretera desde donde nos dirigimos a Villalazán.

Poco antes de llegar a esta localidad giramos a la izquierda para coger un camino que nos terminaría llevando a Madridanos, eso sí, llenándonos de barro, como no podía ser de otra forma... Desde Madridanos rodamos por el GR-14 hasta Villaralbo, y desde aquí, por el llamado Camino del Río, hasta Zamora. Al llegar tuvimos que escoger entre ir a lavar las bicis o hidratarnos y..., lógicamente escogimos la hidratación.

Rodando en paralelo a las vías del AVE.

En el puente sobre el río Duero.

Río Duero.

Por el GR-14, cerca de Madridanos.

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